jueves, 27 de abril de 2006

DIEGO GAYNOR: LOS GLOBOS, LA GENTE, LOS RECLAMOS Y LAS AUTORIDADES


Finalmente, en el día de mañana el Director de Turismo municipal, Roberto Simonetti, se reunirá con los vecinos afectados por la actividad de las empresas de globos aerostáticos, a fin de buscar puntos de acuerdo entre las partes.

Tal como venimos reportando en las últimas semanas, se han sucitado una serie de reclamos vecinales a partir de los aterrizajes de este tipo de aeronaves en predios privados y sin que mediara autorización previa, situaciones éstas que han derivado en quejas y denuncias judiciales de propietarios y vecinos en general.

Si bien es cierto que esta actividad ha sido y es uno de los pilares de las actividades turísticas que el Municipio auspicia y promueve, la falta de diálogo ha caracterizado esta traumática relación entre los vecinos y los aeronautas.

Según se informa desde el Municipio, estas negociaciones continuarán el jueves de la semana entrante con miembros de la Fuerza Aérea para buscar regularizar la actividad de globos en la zona.

Fuentes oficiales de la Fuerza Aérea Argentina, nos han manifestado que si bien el Código Aeronáutico autoriza a que una aeronave declarada en estado de emergencia puede disponer su aterrizaje según el piloto lo crea necesario sin previo permiso en el lugar que considere necesario, éste justamente no sería el caso de los globos en cuestión.

En tal sentido, y para más detalles, se nos explicó que para que esto suceda primeramente la aeronave en cuestión debe declara su estado de emergencia (cosa que en estos casos no sucede) y obviamente tal situación debe estar fundamentada.

Siendo que éste no sería un caso de sucesivas emergencias aeronáuticas, se nos informa que un piloto sólo puede (siempre según esta norma legal) disponer un aterrizaje en un aeródromo privado contando con la respectiva autorización de su propietario.

En este caso, nos explicaba un Abogado especialista en Derecho Areonáutico, los terrenos privados en cuestión, asemejan desde el punto de vista legal, a la situación de un aeródromo privado.

De donde, no podrían realizarse aterrizajes sin el previo permiso del propietario, sin que esto se convierta en un delito plausible de ser denunciado ante la Justicia Federal.