viernes, 8 de febrero de 2008

Buenos Aires: Casal anticipó la creación de alcaidías que alojarán a presos


El ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Ricardo Casal, manifestó este jueves que desde esa cartera se inició el proceso de edificación de alcaidías departamentales, cuya principal función será la de “alojar a los detenidos aprehendidos en la vía pública” que, por ende, aliviará el trabajo de las comisarías, las que “no serán más lugar de custodia”.

“El valor agregado de las mismas es que serán conducidas por profesionales, va a estar el Ministerio Público Fiscal dentro de ellas, y hemos hablado con el ministro de Justicia y Seguridad de la Nación (Aníbal Fernández), que va a colocar una terminal de huellas dactilares en cada alcaidía, para que la búsqueda de antecedentes sea infalible”, agregó el funcionario bonaerense.

En diálogo con Nelson Castro, conductor del programa El juego limpio, que se emite todos los jueves de 22 a 23 horas por la señal TN, Casal abordó el reciente asalto a una pizzería de La Plata, donde un menor armado amenazó con matar a alguien con la excusa de que estaría libre en pocas horas y diciendo “si quiero mato”: “Esto impacta, y mal”, señaló, y agregó: “Afortunadamente los menores de esa edad en delitos tan graves no son frecuentes”.

Referente al involucramiento de menores en hechos delictivos, el ministro remarcó que “entre el 70 y el 80% de los detenidos ingresaron a las cárceles sin profesión, ocupación ni estudio alguno, y tienen entre 21 y 35 años. Si hacemos un análisis rápido, vemos que aquel degradado y excluido de la sociedad está allí”.

“Todo el Gabinete bonaerense tiene que hacer su aporte a la seguridad: Educación, Producción, Trabajo, Justicia, Salud, porque aquel excluido no puede comprender por qué no sigue como si nada hubiera pasado en una línea donde no está incluido”, indicó luego.

Sobre los casos de reincidencia delictiva, sostuvo que “hay que analizarla globalmente, en cuanto a la prevención, a la represión judicial, y fundamentalmente al egreso del recluso. Nosotros estamos trabajando en un programa que apunta a la calificación laboral de los detenidos, que se ha hecho en Escocia, donde se califica a los saberes aprendidos sin necesidad de mayor capacitación. Nosotros vamos a incluir a los gremios específicos junto con las empresas líderes para que califiquen a esos trabajadores dentro de la cárcel con determinada categoría, y eso implica que esa calificación le da prioridad en el acceso al trabajo”.

“En el tema del tratamiento correccional, aparentemente el título es muy simple y es difícil de cumplir: ingresarlos, custodiarlos, que tengan una vida digna y sana, que salgan y que no vuelvan a entrar. Lo importante es que en la salida exista la contención, laboral fundamentalmente, y educativa, porque hoy están estudiando más de 16 mil presos en más de tres centros universitarios muy avanzados. En otras épocas, cuando las tasas de desocupación eran exorbitantes, era imposible pensar que un ex convicto compitiera con un ingeniero que manejaba un taxi, pero hoy un ex presidiario, con un certificado de calificación laboral de un gremio, está en mejores condiciones hasta que yo de poder conseguir trabajo”, remarcó.

Si bien aclaró que no hay estadísticas determinadas porque es “técnicamente complejo” hablar de la reincidencia, debido a que para ser reincidente una persona tiene que haber sido condenada, y hay muchos casos de excarcelaciones antes de dictarse la pena que vuelven a cometer delitos, “cada vez que leemos en el diario que una persona cometió un delito y salió hace un mes de la cárcel, para el tratamiento penitenciario es un gran fracaso”.

Por otro lado, remarcó que “el impacto de la droga en la población carcelaria bonaerense es muy alto, fundamentalmente de la droga barata, mala, de fácil acceso”.

Finalmente, y en referencia a si tuvo contacto con los jueces y fiscales discutidos en Tres Arroyos por la población, argumentó: “No he tenido contacto directo con ellos, pero sí una conversación con la procuradora de la Corte (María del Carmen Falbo) y evidentemente hay una insatisfacción que se ha generalizado al punto tal que según lo que ella dice, en los casos que no debe haber detención porque es un delito menor, también es un reproche”.

“También hay mala suerte en la coincidencia, la mala coincidencia, de que un chico jovencito hubiera robado una cartera en la calle a una señora, con otras entradas similares, luego entrara a la casa de una médica, fuera sorprendido por ella y la apuñalara hasta 17 veces. La pregunta de la gente es por qué no estaba preso. Ahora, si técnicamente el juez de Garantías entendió que no había peligro de que ese joven estuviera en la calle, obviamente que procedió conforme a lo que la ley acordaba. Pero también es cierto que en estos momentos hay que profundizar el análisis y tener un poco la visión más clara de lo que está pasando en la realidad, y yo creo que los jueces en su mayoría los tienen”, completó.