sábado, 24 de junio de 2006

PILAR: COSAS VEREDES, SANCHO...

El precio promedio en construcción de countries estándar es de 1.500 pesos el metro cuadrado. Una vivienda social cuesta casi lo mismo. O las casas sociales son muy caras, o en los countries bajaron tanto que deberíamos salir corriendo ya a comprar una.

Al Plan de Viviendas lo licitó la Ministerio de Planificación Federal de la Nación. Pero si lo hubiera hecho la Federación Argentina de Countries, o alguno de los brokers inmobiliarios top de Pilar (y mire que hay muchos) no hubiera sonado a disparate. Es que las «casas sociales» que la gestión K comenzó a erigir en Pilar, tienen casi valor country. Valor, nada más, porque si de comodidades se trata, estamos mal.

En total son 39 millones de pesos de inversión los que anunció el presidente Néstor Kirchner, allá por agosto del año pasado, para hacer casa sociales en Pilar. En una primera etapa comenzaron a construirse 189 en San Alejo. Las casas, de 44 metros cuadrados, estarán construidas sobre terrenos de 300 metros y contarán con instalación interna de gas, agua y desagotes cloacales, para conectarlas en el caso que algún día pase le red por el frente de la casa. Las viviendas tendrán dos dormitorios, cocina comedor, baño y lavadero. Los propietarios -aún no está definido cómo será el proceso de entrega-, podrán ampliar sus casas, siempre en el marco del código de edificación.

Pero vayamos por partes: Semanas atrás el intendente Humberto Zúccaro, al fin, anunció la construcción de unas nuevas 153 casas sociales, que se suman a las 189 que ya se están ejecutando en San Alejo. Las viviendas, según informaron en su momento desde la secretaría de Obras Públicas, también tendrán 44 metros cuadrados de superficie construida, que se repartirán entre un baño, dos dormitorios, un lavadero y cocina comedor.

De esta tanda (la de 153), 71 casas se harán en Zelaya, 34 en Derqui, 12 en Fátima, 12 en Manzanares, 8 en La Lonja, y 16 en Villa Rosa. Es que la poca disponibilidad de terrenos aptos frenó la posibilidad de que se hagan a mayor escala. Pero ese es otro tema. Volvamos a la cuestión precios.

La firma Procedimientos Gorodner, una empresa que ya tiene experiencia en el rubro, se hará cargo de la construcción de casi todas las unidades habitacionales, menos las de Derqui. Es decir, unas 119. Y según el responsable de la empresa, Luis Gorodner, la parte a cargo de su firma necesitará una inversión del gobierno de 7 millones de pesos. Y, a menos que se haya tratado de un error involuntario, eso significa que cada casa cuesta unos 58.823 pesos, o, en otros términos, ¡1.337 pesos el metro cuadrado! Casi a valor country. Es que actualmente, levantar una casa en un barrio cerrado de calidad media (es decir 20 veces mejor que en donde se van a hacer las casas sociales) cuesta unos 1.500 pesos el metro cuadrado, según coinciden distintos productores inmobiliarios. Las casas en los countries, se sabe, cotizan a la hora de la construcción no sólo por los materiales que se usan (generalmente de primera calidad), sino sobre todo por los beneficios accesorios que significa tener una casa dentro de un emprendimiento privado.

En un country las viviendas son con terminaciones, revestimientos interiores y exteriores finalizados y con techos de losa (no se olvide de este detalle) e incluso con tejas de colores. Pero, si uno quiere ir un poquito más lejos, la mayoría de los countries tiene servicios adicionales que hacen, obviamente, que los valores se eleven. Seguridad privada, extensos e impolutos campos verdes que sólo se ven perturbados por el aleteo de un irreverente colibrí, seguridad privada, acceso a televisión por cable (en Pilar es un beneficio para pocos), tendido de gas natural, calles internas asfaltadas, y, en algunos casos, conexión directa a las redes de agua potable, cloacas e incluso exclusivas plantas potabilizadoras de agua.
Las viviendas de nuestro «Social Country Club» (nuestro porque se paga con fondos del Estado), difieren bastante de aquellas.

«Se trata de materiales nobles», explicaron, sin sonrojarse, los titulares de las dos firmas que harán las casas. ¿Nobles? Difícil imaginarse a un ladrillo pegándole un puñetazo a alguien, una canilla volando por el aire para asestarnos un golpe en el medio de la frente o, por la espalda y a pura traición, un caño de media pulgada clavándose justo debajo de uno de nuestros omóplatos.

Pero además de estar hechas con materiales nobles (de esos que no se van a acostar con nuestra mujer cuando salgamos a laburar), van a tener azulejos sólo en parte del baño (por ahí a uno no le gustan y los quiere cambiar), y los cerámicos de la cocina también hasta la mitad de la pared. Es que, previsores los hombres, quieren ahorrarnos el trabajo de limpiarlos cuando juntan tanta grasa, por lo que es mejor directamente no colocarlos. La instalación eléctrica va a ser según normas IRAM (destacaron este hecho como uno de los mejores logros de la humanidad, después del hombre haber pisado la luna, cuando la ley y el propio código de edificación así lo obligan), y los techos, mis amigos, serán ¡de chapa! Y encima, dicen, sin ningún tipo de revestimiento. Pero no seamos mal pensados, ¿a quién no le gusta echarse una siestita con el ruidito de la lluvia golpeteando el metal?

Las casas ya comenzaron a construirse, pero en la entrada no habrá guardias de seguridad, no tendrán piletas en el fondo, ni canchas de golf alrededor, ni techos sólidos. Serán casas sociales, «bien sociales», a valor country. Claro, es que invertir en Pilar tiene sus costos. «Van a ser casas sumamente dignas» aseguraron los empresarios. Más les vale, a esos costos es lo menos que esperamos.
(fuente: Pilar de Todos)