domingo, 2 de abril de 2006

MALVINAS: HONRA A LOS CAIDOS Y VETERANOS


2 de abril de 1982

Aquel día, la Junta Militar anunció al país la recuperación del ejercicio de la soberanía en todo el territorio de las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y el Comando en Jefe de la Armada comunicó que en el desembarco realizado en las Malvinas resultó muerto el segundo comandante del Batallón de Infantería de Marina Capitán de Corbeta (IM) Pedro Giachino “que avanzaba a la cabeza
de sus hombres”. Los heridos son el Teniente de Fragata Diego García y el Cabo Ernesto Orbina, ambos de la agrupación buzos tácticos.
La Argentina pone en marcha así, la “Operación Rosario”, en honor a la virgen del Rosario.
Una Fuerza conjunta de la Armada y el Ejército argentino desembarcan en Malvinas, al mando del Clte. Carlos BUSSER. Infantes de Marina y del Ejército rodean la casa del entonces gobernador Rex Hunt y lo emplazan a entregarse.
Las órdenes argentinas era no producir bajas entre los “Royal Marine” (marina real) y la población kelper, para no brindar argumentos a la propaganda inglesa contra Argentina.
De tal forma, que ante la resistencia inglesa de entregarse inmediatamente, el Capitán Pedro Edgardo GIACCHINO avanza con algunos de sus hombres sobre la casa del gobernador que estaba cercada por fuerzas propias, siendo acribillado por balas británicas.
Giacchino se convierte en el primer héroe de Malvinas caído por su recuperación. Como consecuencia de esta acción, las fuerzas enemigas se convencen que la decisión argentina de recuperar las Islas es seria, y se rinden.
De tal forma, la “operación Rosario” cumple su cometido: recuperar Malvinas en forma incruenta para el enemigo, con un mínimo costo en las fuerzas propias, y dejando una pequeña guarnición en las Islas.
Mientras que del otro lado del mar, en Londres, se anunciaba que naves de guerra británicas se encontraban ya en el Atlántico Sur alertadas para posibles “operaciones militares”, en relación con las islas Malvinas, ocupadas militarmente por la Argentina, según decía el entonces secretario de Defensa, John Nott, y agregaba que no esperaba una “guerra abierta” con la Argentina, pero no excluyó la posibilidad de que se produjera.
El gobierno británico rompió sus relaciones diplomáticas con la Argentina y todos los diplomáticos argentinos serán expulsados de Gran Bretaña en el término de cuatro días.
En Washington, el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, mantuvo por la noche una conversación telefónica con wl presidente de la Argentina, General Galtieri, y le pidió que ejercitase la contención para “evitar hostilidades” con Gran Bretaña.
En Bruselas, los ministros de relaciones exteriores de la Comunidad Económica Europea condenaron la acción armada del gobierno argentino y solicitaron el retiro de sus fuerzas de las Malvinas.
En Naciones Unidas, la Argentina informaba al grupo latinoamericano de las Naciones Unidas sobre la recuperación de las Malvinas, en el entendimiento táctico de que tendría la solidaridad hemisférica.
En Roma, el secretario general de las Naciones Unidas, Pérez del Cuellar, expresó que “deploraba los últimos sucesos” en las Malvinas.

Haciendo debida memoria
Orígenes del conflicto
La causa fundamental del conflicto armado ocurrido entre la Argentina e Inglaterra de 1982, se remonta a la usurpación británica de las Islas en 1833. En ese año, se expulsa a la población local, y se la reemplaza por otra, los llamados “kelpers”.
Durante casi ciento cincuenta años, la Argentina produce constantes reclamos diplomáticos, sin resultados concretos. El conflicto tuvo avances y retrocesos, pero nunca se llegó al reconocimiento esperado por nuestro país. Durante largos años la Argentina proveyó de importantes elementos de supervivencia a la población residente en las Islas, con el ánimo de ganarse su confianza y buena voluntad, sin resultados visibles.
El error de análisis
El gobierno militar argentino de 1982, supuso que los EE.UU. eran aliados de nuestro país. ya que según su miope visión, así parecía demostrarlo la lucha conjunta contra el comunismo y el apoyo mutuo en operaciones realizadas en Centroamérica.
Por lo tanto, la Junta Militar creyó, no que el gobierno norteamericano se pondría del lado argentino, pero sí que cumpliría el rol de árbitro para una solución negociada. Es decir, que no se llegaría a un enfrentamiento.
Esto constituyó un enorme error estratégico, ya que los acontecimientos demostraron que la opción de la alianza con Gran Bretaña era mucho más poderosa que con nuestro país.
El apoyo norteamericano al Reino Unido fue decisivo para el resultado final del conflicto armado.
Por el poder político interno
Se ha mencionado con demasiada frecuencia este motivo, que no carece de fundamento. En sus memorias, la ex-primer ministro inglés, Margaret Thatcher, realza la importancia del triunfo inglés en Malvinas como un triunfo personal de su gobierno. Ello le permitió perpetuarse por dos períodos más en el poder, en un momento en que los conflictos sociales en su país no le auguraban mucha fortuna. Es por ello que rechazó toda posibilidad de solución negociada, llegando incluso a cometer el peor crimen de guerra de todo el conflicto, el hundimiento del Crucero A.R.A. “Gral. Belgrano”, para hundir con él la propuesta de paz realizada por el entonces Presidente del Perú, Belaúnde Terry y que ya había sido aceptada por la Argentina y avalada por los E.E.U.U.
En cuanto al gobierno argentino, es conocida la situación que atravesaba el gobierno militar, con malestar creciente de los sectores obreros y el reclamo de democracia por parte de los sectores políticos.



La carta perdida
(Soledad Pastorutti)

Mañana del día veintidós,
madre, hoy es tu cumpleaños.
Chaco ¡qué lejos estoy!
En mi carta les dejo mi amor.
Todo es blanco y aquí a mi alrededor nos humillan con
grandezas
el Tano, el Polaco, el Andrés.
Madre, cayeron los tres.
Es de noche y los salgo a buscar,
mil estrellas me quieren contar,
hace frío y aquí en soledad
hay mil almas que de guardia están.
Y sos un poco de sol,
toda nieve, toda viento.
Sos un puerto argentino
con bandera de otra nación.
Es la carta que nunca llegó,
escrita allá en Malvinas.
Fue en abril del ochenta y dos
de un soldado que nunca volvió.